jueves, 25 de abril de 2013

Lluvia






Si nos besáramos bajo la lluvia
mucho rato
nos convertiríamos en dos gotas de agua
que se irían viajando
por  un río, calle abajo.

Si nos besáramos  bajo el sol
otro poco
nos convertiríamos en átomos de vapor
que reirían vibrando,
por el cielo, misteriosos.

Pero si nos besáramos en las nubes
demasiado
volveríamos a nuestra estructura líquida
 que caería estallando,  
a tu cama, o a la mía,

y allí nos seguiríamos besando.