sábado, 31 de agosto de 2013

X está escribiendo...


Ya lo  sé
ahora piensas que puedes vivir sin mí
que no estás enamorada
pero  de  6 meses aquí
 seremos un traumatólogo en Sants  
mirando a los skaters de las gradas.
Y te diré más, dentro de un rato,
ahora no me echas de menos pero luego;
nuestros hermanos, desafinando como lerdos
en la habitación de al lado.
Y que no me quieres.
De aquí a 6 meses seremos
tú de educación infantil y yo cascabeles,
dos entrenadores rivales, insultándose por la tele.
Y que no te gusto tanto
vale: tú la chica tonta y yo el profe de castellano.
Dos machitos mirándose de reojo en el gimnasio.
Nunca será demasiado tarde
¿lo crees? yo sí, claro:
para ser agujas y disco en el despacho de mi padre.
Queso y tacos comiendo con los dedos en la calle.
A veces lo pienso y tengo miedo
ahora encajamos pero en 6 meses:
como un guante del 7 en mis manos del 7 y medio,
como un punto verde en el chat del facebook.

Como las piedras planas en cadaqués y nosotras tan lejos.

domingo, 7 de julio de 2013

Dormir contigo

Me paso los días soñando que duermo contigo.
Y las noches, soñando que sueño contigo.
Cuando duermo sueño que duermo contigo,
y cuando despierto sueño que duermo contigo.
Contigo, soñando me paso las noches
y los días, durmiendo los sueños  despiertos.
Cuando sueño, yo duermo y despierto contigo.

Y los días, las noches, los sueños... se pasan durmiendo contigo. 

martes, 18 de junio de 2013

La mujer más fea del mundo

Había una vez la mujer más fea del mundo.  Cuando nació los médicos investigaron si aquel terrible aspecto se debía algún tipo de patología pero, tal y como comunicaron a su llorosa madre, la niña se encontraba perfectamente bien.  Simplemente, ella era así; asombrosamente fea. Con el tiempo  Gumserinda, sus padres tuvieron a bien ponerle un nombre acorde con su traspuesta fachada, fue al colegio y más tarde al instituto y a la universidad.  Fueron tiempos duros, la gente rehuía su compañía y ni si quiera las amigas de su abuela le concedían  un inicio de “simpatía” al verla dispuesta a salir de casa ataviada con sus mejores galas.  Tras conseguir el licenciado Gumserinda encontró un humilde puesto de administrativa en un pequeño despacho.  Allí la poca gente con quien trataba estaba acostumbrada a su rostro, y ya casi nunca les causaba sobresalto.  Un buen día, recibió una carta del editor del libro Record Guinness.  A un astuto becario se le había ocurrido la sublime idea de conceder entrevistas a el hombre más alto y más bajo,  la patata más grande y más pequeña, el ciclista más rápido y más lento, y por supuesto; a la mujer más fea y más guapa del mundo.  Gumserinda dudó en aceptar pero al final accedió.  Al fin y al cabo, si la gete iba a reírse de ella de todas formas, mejor ganar dinero con ello.  Además, acababa de salir la nueva temporada de juego de tronos en DVD y necesitaba presupuesto para comprarla.

Cuando conoció a la mujer más bella del mundo, la mujer más fea del mundo se sintió abrumada.  Apenas pudo mirarla directamente unos segundos.  Como la mayoría de presentes, hubiera preferido y le era más cómodo otearla de reojo, pero se esforzó en aguatarle la mirada, pues sabía que descubrir a alguien curioseando a escondidas es una cosa bastante molesta.   Pronto los ojos dejaron de escocerle y la sensación se volvió soportable, incluso placentera.  Durante la sesión de fotos, la cámara se rompió varias veces.  Al principio Gumserinda se disculpaba avergonzada, pero enseguida descubrió que a Maclovia, sus padres intentaron ponerle un nombre que contrarrestara su apabullantemente hermosa presencia, sin éxito por cierto, le hacía muchísima gracia y se propuso hacer las muecas más absurdas mandando a la basura un equipo de reportaje entero.  Aprovechando que el pobre fotógrafo tubo que volver a su estudio a buscar una vieja Leica según él megaresistente Gumserinda invitó a  Maclovia a un café.  Y para su completa sorpresa, esta accedió.

En una cafetería céntrica y extrañamente vacía hablaron largo rato.  Sorprendidas, descubrieron que tenían los mismos gustos y hobbies. Ambas ahorraban duramente para la nueva temporada de juego de tronos. Hicieron chistes sobre sus diabólicos nombres. La mujer más fea del mundo le confesó a la mujer más guapa del mundo que ella era la primera persona que aceptaba salir con ella.  Y mira por donde, había sido la mujer más guapa del mundo  ¡menuda suerte había tenido! Entonces Maclovia reconoció que también para ella aquella era una primera vez.  Nunca nadie se había atrevido a pedirle una cita, impresionados por su brutal atractivo y temiendo un casi seguro rechazo.  Todos excepto alguien harto de rechazos ¡menuda suerte había tenido! Al rato, el camarero las echó del local, según el gerente, espantaban a la clientela.

La mujer más guapa y más fea del mundo se intercambiaron teléfonos en terminar la entrevista y al poco tiempo comenzaron a salir juntas.  Como solo puede pasar con los amores verdaderos se dieron cuenta que aquella relación, la suya, era única en el mundo.  Se fueron a vivir juntas a un pisito y en primavera se casaron.  Todas las fotos de la boda debieron hacerse con aquella vieja Leica megaresistente, aún así, quedaron bien bonitas.  Las amigas de la abuelas de ambas novias lloraron mucho durante la ceremonia y el ramo de rosas lo cogió, por supuesto, el ciclista más rápido del mundo.  Y cuento contado, cuento acabado.  Así que no se os olvide queridos amigos, la enseñanza de esta historia: por muy feos que seáis siempre habrá alguien más feo. Eso es; la mujer más fea del mundo,  quien además tiene la fortuna de estar casada con la mujer más guapa del mundo.  




A Ulises.  Por su largo viaje a través de nuestras imaginaciones.

jueves, 6 de junio de 2013

La cazadora de sueños



¿Has venido a divertirte
 o para pescar la cena?
Si es así aquí la tienes
y  déjame ir con ella.
Cazadora de los sueños,
en mi cuarto hay una esquina
donde esperas  cada noche
con tu cazamariposas.
Bella bestia mitológica,
cuando tiras tu peonza
 haces girar mis deseos,
mis anhelos y mi cuerpo
dando vueltas en la cama.
¿Has venido para verme
perder contra ti de nuevo?
Si es así aquí me tienes
y déjala ir, te ruego.
Por favor no te la lleves
en tu red ni en tu jaula.
Ella es de otra  tesitura
que mis imaginaciones.
Me acompaña por el día
sin tus juegos ni tus dados.
Ella no te pertenece
vuelve ya tu oscura esquina.
Ella no te pertenece
tira otra vez tu peonza
Ella es mía, solo mía
guarda el cazamariposas..


martes, 14 de mayo de 2013

Más de menos


Cada vez te echo
 más de menos.
Más y más de menos.

Vivo y muero
de  deseo.
No es un consuelo
tenerte un momento,
o ese beso.
Lloro los restos, luego;
hora del cuervo
sola de nuevo.
Más de menos.
Cerca y lejos.

Cada sueño es
un engaño pequeño.
A corazón abierto
la operación, al viento. 
Imaginar es mi nuevo
respirar, sin freno.
Más de menos.
Techo o suelo.

 No es un juego
cada aliento
al invierno de ti,
sino un reloj hambriento
de segundos, primeros
 puestos.
Más de menos.
Falso o cierto.

Mudo y ciego
está contigo, pero
sin ti, el tiempo.
Más de menos.
Lleno el desierto
¿de qué? de cero;
de más de menos.


Porque sin ti los abrazos no serían lo mismo.  A mi brazo izquierdo. 

jueves, 25 de abril de 2013

Lluvia






Si nos besáramos bajo la lluvia
mucho rato
nos convertiríamos en dos gotas de agua
que se irían viajando
por  un río, calle abajo.

Si nos besáramos  bajo el sol
otro poco
nos convertiríamos en átomos de vapor
que reirían vibrando,
por el cielo, misteriosos.

Pero si nos besáramos en las nubes
demasiado
volveríamos a nuestra estructura líquida
 que caería estallando,  
a tu cama, o a la mía,

y allí nos seguiríamos besando.

sábado, 30 de marzo de 2013

Da miedo


Desconfío del oscuro
en que me dejó tu ausencia. 
Me da vértigo el vacío
filo de cintura estrecha.

Espantada marinera
de tus labios de tormenta.

Extraviada pasajera
de unos ojos en la niebla.

Lloro cuando estoy perdida
en la curva de tus cejas.
Grito desde un laberinto
cuando doblas esas piernas.

Y te miro.  Prisionera,
de vivir siempre en alerta.

Es un sueño.  Si despiertas.
Fantasmas tras una puerta.

Corro por las pesadilla
de esa piel que me envenena.
Temo el vicio de aquel beso
que usaste como cadena.

Otras fobias; tu cadera.
Horrores de cremallera.

No estoy loca; mi niñera
cuenta cuentos de flictenas.

Pero el peor de los miedos
es tu falta, mi condena.
Son las horas que te espero
siendo yo mi compañera.








martes, 5 de febrero de 2013

ADictas


Así tú podrías beberte mi olor hasta caer borracha y yo esnifaría el recuerdo de tu voz diciendo mi nombre entre susurros.  Como dos putas yonkis.  Llegar a casa en brazos de camareros compasivos, sufrir la resaca al día siguiente y jurarnos que nunca,  de ningún modo volveremos a probar de nuestras pieles jamás, por el resto de nuestros días.  Pero ya estamos enfermas.   Adictas.  Condenadas a poseernos hasta absorbernos el último gramo.  De la droga de nuestro sudor transpirado, pico a pico inyectarnos esa mirada tan profunda que entra por las venas cabalgando y nos deja tiradas en un callejón oscuro.  Malditas. Malditas nosotras y malditas substancias de nuestros cuerpos.  Aunque no queramos nos encontraremos en mi coche, o en tu cuarto, o en ese ineludible rincón de la imaginación, nos desnudaremos y nos follaremos compulsivamente.  A sabiendas de que cada beso nos está matando.  ¿No lo sabías? Con cada calada  de nuestros alientos agoniza una parte de la razón que nos construye y nace otra pieza de un nuevo ser destructivo.  Inescapable.  Un animal sin rostro, sin amigos, sin ojos, sin boca, sin vida.  Un monstruo insano dirigido solo por su deseo de consumir de la otra.  Lo conocerás cuando despiertes a media noche sudorosa.  Entre pesadillas.  Y anheles mi abrazo como el oxígeno del aire.  Tanto que duela.  Tanto que quisieras apuñalarte el corazón para poder sentir  dolor verdadero.  Pensando que quizá así, dejarás de sentir esto, o así quizás, pudieras sentir algo.  Algo a parte de esta pasión lacerante.  El síndrome de abstinencia que ya  te está convirtiendo en una bestia.    Fuera de control.  Pero a la mañana siguiente no recordarás nada y cogerás el teléfono otra vez para llamarme.  Y quedaremos para tomar de nuevo y darle algo de felicidad a esta existencia de toxicómanas.  Seguro.  


domingo, 3 de febrero de 2013

Poco convincente


Si ahora estoy llorando es porque ya no te amo.
Y si mi vida es una habitación a oscuras es porque ya no te amo. ¿Sirve de algo que busque la salida? Si a fuera es de noche y lo sé, porque ya no te amo.

Si quiero estar a tu lado es porque ya no te amo.
Y si quiero morir, morir contigo si tú mueres, está claro que es  porque ya no te amo.

Si añoro tanto hasta doler el vértigo de nuestros abrazos del pasado, y te abrazaría cien años para conseguirlo de nuevo,  es porque ya no te amo.
Si te busco y no te encuentro, si me busco y no me entiendo, por fuerza ha de ser porque ya no te amo.

Si me cuesta tan poco decirte adiós que lo hago cada día es porque ya no te amo.
Y si te escribo este poema es porque ya no te amo. 



lunes, 28 de enero de 2013

martes, 8 de enero de 2013

Emm...


Otra vez quisiera oír, que me digas, ese engaño
del te amo. No es una promesa, ni palabras
tampoco sino caricias, desnudarte del todo
con un susurro, te amo, te amo, venga vamos...

Por favor acércate más y hazme ese regalo.
Para ti no es más que un suspiro, otro de tantos
que exhalas para evitar decir estupideces.
Para mí es casi media vida; dame la mano,

grita mi nombre, sé menos lista solo este rato.
¿Acaso crees que no lo veo en tu mirada?
Aunque esté dentro tuyo es un lugar muy lejano.

Vuelve, te lo ruego, y me beberé todo el daño,
lágrimas y miedo.  Necesito una buena excusa
para decirte también esa cosa del te amo.


A la novedosa tecnología del yogurphone.